Tal como ocurrió el 4 de julio de 2013, hace casi nueve años, el comercio de Barranquilla y el área metropolitana protestará nuevamente contra la creciente extorsión. Se estima que unas 12.000 tiendas no atenderán a los vecinos que son sus frecuentes clientes.

Las tiendas no abrirán sus puertas y los comerciantes marcharán desde la Plaza de la Paz, al Paseo Bolívar. Como en esa fecha, aparecerán las camisetas blancas y las pancartas en la que los comerciantes  dirán “No + Extorsión”, al igual que en esa ocasión.

Tras esa escalada de ataque de la delincuencia común al comercio en 2013, los controles de las autoridades, y las acciones judiciales contra los jefes de estas bandas permitieron que  se controlara el accionar de los extorsionistas.

Sin embargo, en el último semestre, las amenazas e intimidaciones a los comerciantes, aumentaron. Pese a las capturas de supuestos jefes, las intimidaciones a los tenderos han continuado.

Ahora, hay nuevos ingredientes que se han convertido en verdaderos retos que no se enfrentan: la “fragmentación” de las bandas y el nuevo modus operandis (si no pagan la extorsión, los delincuentes disparan contra el establecimiento, así esté cerrado el negocio). 

Estima el gremio de pequeños comerciantes que por miedo a estas intimidaciones, son cerca de 50 las tiendas que han cerrado en el último año por la presión de bandas criminales. Varios de estos negocios clausurados, eran clásicas tiendas de barrios.

Tenderos de barrios del suroriente, suroccidente y Centro son las mayores víctimas de este flagelo. San Roque, Chiquinquirá, Rebolo, Montes, Simón Bolívar, La Victoria, entre otros, concentran el mayor número de denuncias.

Organizaciones como la Unión de Comerciantes, Undeco, Asocentro hicieron un llamado a los afectados, pequeños o medianos empresarios, a marchar en paz y sin consignas políticas, para exigir a las autoridades resultados que se reflejen en un mejor ambiente de trabajo para estos trabajadores madrugadores.